HEBREOS 10
19. Así, pues, hermanos, no podemos dudar de que entraremos en el Santuario, en virtud de la sangre de Jesús;
19. Así, pues, hermanos, no podemos dudar de que entraremos en el Santuario, en virtud de la sangre de Jesús;
20.él nos abrió ese camino nuevo y vivo a través de
la cortina, es decir, su carne.
21.Teniendo un sacerdote excepcional a cargo de la
casa de Dios,
22.acerquémonos con corazón sincero, con fe plena,
limpios interiormente de todo lo que mancha la conciencia, y con el cuerpo
lavado con agua pura.
23.Sigamos profesando nuestra esperanza sin que
nada nos pueda conmover, ya que es digno de confianza aquel que se comprometió.
24.Tratemos de superarnos el uno al otro en la
forma de amar y hacer el bien.
25.No abandonen las asambleas, como algunos
acostumbran hacer, sino más bien anímense unos a otros, tanto más cuanto ven
que se acerca el día.
26.Si pecamos voluntariamente después de haber
recibido el pleno conocimiento de la verdad, no puede haber ya sacrificio por
el pecado;
27.solamente queda la perspectiva tremenda del
juicio y del fuego que devorará a los rebeldes.
28.No hay misericordia para el que desprecia la Ley
de Moisés: es condenado a muerte por el testimonio de dos o tres personas.
29.¿Qué pasará entonces con el que pisoteó al Hijo
de Dios? ¿Qué castigo merecerá, según ustedes, el que ha profanado la sangre de
la alianza con la cual fue santificado y ha insultado al Espíritu, don de Dios?
30.Conocemos al que dijo: A mí me corresponde la
venganza, daré a cada cual su merecido. Y también: El Señor juzgará a su
pueblo.
31.Es espantoso caer en las manos del Dios vivo.
32.Recuerden aquellos primeros tiempos, poco después
de haber sido iluminados, en que tuvieron que soportar un duro y doloroso
combate.
33.Fueron expuestos públicamente a humillaciones y
pruebas, tuvieron que participar del sufrimiento de otros que fueron tratados
de esta manera.
34.Sufrieron con los que iban a la cárcel, les
quitaron sus bienes, y lo aceptaron gozosos, sabiendo que les esperaba una
riqueza mejor y más duradera.
35.Por eso no pierdan ahora su resolución, que
tendrá una recompensa grande.
36.Es necesario que sean constantes en hacer la
voluntad de Dios, para que consigan su promesa.
37.Acuérdense: dentro de poco, muy poquito tiempo,
el que ha de venir llegará; no tardará.
38.Mi justo, si cree, vivirá; pero si desconfía, ya
no lo miraré con amor.
39.Nosotros no somos de los que se retiran y
pierden, sino que somos hombres de fe que salvan sus almas.
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